miércoles, 4 de febrero de 2009

Enfermedades de Transmisión sexual y Embarazo

¿Qué Efectos Tienen las ETS en la Mujer Embarazada y en su Bebé?
Las mujeres embarazadas pueden sufrir muchas de las mismas consecuencias de las ETS que las mujeres que no lo están. Las ETS pueden causar cáncer cervical y otros tipos de cáncer, hepatitis crónica, enfermedad inflamatoria pélvica, infertilidad y otras complicaciones. Muchas ETS que afectan a las mujeres son silenciosas, es decir, que se presentan sin mostrar signos o síntomas.

Una mujer embarazada que tiene una enfermedad de transmisión sexual puede también presentar un parto anticipado, ruptura prematura de las membranas que rodean al bebé en el útero e infección uterina después del parto.

Las ETS pueden ser transmitidas de una mujer embarazada a su bebé antes, durante o después del nacimiento del bebé. Ciertas ETS (como la sífilis) cruzan la placenta e infectan al bebé mientras está en el útero (matriz). Otras ETS (como gonorrea, clamida, hepatitis B y herpes genital) pueden ser transmitidas de la madre a su bebé cuando el bebé pasa por la vía del parto durante el nacimiento. El VIH puede cruzar la placenta durante el embarazo, infectar al bebé durante el parto y, a diferencia de la mayoría de las otras ETS, puede infectar al bebé a través de la lactancia.

Los efectos dañinos de las ETS pueden incluir el nacimiento de bebés muertos, bebés con bajo peso al nacer (menos de cinco libras), conjuntivitis (infección de los ojos), neumonía, sepsis neonatal (infección en la sangre circulante del bebé), daño neurológico (como daño cerebral o falta de coordinación en los movimientos del cuerpo), ceguera, sordera, hepatitis aguda, meningitis, enfermedad hepática crónica y cirrosis. Algunos de estos problemas pueden prevenirse si la madre recibe cuidado prenatal de rutina, que incluye la realización de pruebas de detección de ETS temprano en el embarazo y la repetición de las pruebas cerca del final del embarazo, si es necesario. Otros problemas pueden ser atendidos si la infección se detecta al momento del parto.


¿Pueden Tratarse las ETS Durante el Embarazo?
Enfermedades como clamidia, gonorrea, sífilis, tricomoniasis y vaginosis bacteriana (VB) pueden ser tratadas y curadas con antibióticos durante el embarazo. No hay cura para las ETS virales como el herpes genital y el VIH, pero el uso de medicamentos antivirales para el herpes y el VIH puede reducir los síntomas en las mujeres embarazadas. Si la mujer tiene lesiones activas del herpes genital al momento del parto, se puede realizar un parto por cesárea para proteger al recién nacido contra la infección.



La cesárea también puede ser una opción para algunas mujeres infectadas con el VIH. Las mujeres cuyas pruebas de detección para la hepatitis B arrojaron resultados negativos, pueden recibir la vacuna contra la hepatitis B durante el embarazo.


martes, 3 de febrero de 2009

Protección contra las ETS

Las enfermedades de transmisión sexual son infecciones que se contraen por medio del contacto sexual. Excepto por los resfriados y la gripe, las enfermedades de transmisión sexual son las enfermedades contagiosas más comunes (que se propagan más fácilmente).

Cada año se notifican millones de casos nuevos de estas enfermedades. Aunque es posible tratar y curar algunas enfermedades de transmisión sexual, ese no es el caso con otras. La prevención es la clave para combatir las enfermedades de transmisión sexual. Al informarse sobre estas enfermedades, podrá tomar medidas para proteger su salud.

Recomendaciones:
  • Para ayudar a eliminar posibles gérmenes antes de que éstos tengan la oportunidad de infectar, se recomienda lavar los genitales con agua y jabón y orinar pronto después de la relación sexual y, sobre todo, utilizar preservativos, ya sea masculino o femenino, para disminuir el riesgo en todos los tipos de práctica sexual, sea vaginal, anal u oral.
  • Para garantizar su efectividad es fundamental utilizarlos correctamente. Es imprescindible una buena colocación, en el caso del preservativo masculino, con el pene ya erecto y aplicándolo con el reborde desplegable hacia fuera, rechazándolo si ha habido un error de colocación, y, en el del femenino, asegurándose de que el anillo interno se introduzca dentro de la vagina a la máxima profundidad posible y dejando fuera el anillo externo. En todo caso, se recomienda leer atentamente las instrucciones contenidas en el cartonaje, tener en cuenta la fecha de caducidad, guardarlos en lugares frescos y secos, y ser precavidos también en el momento de extraerlos, además de no reutilizarlos nunca.

Consejos:
  • Uso correcto del preservativo:Para garantizar la efectividad del preservativo a la hora de reducir riesgos de contagio, es fundamental un uso correcto.



  • Conocer las parejas sexuales y limitar el número de ellas: cuanto mayor sea el número de relaciones sexuales con distintas personas, mayor es el riesgo, y hay que extremar las precauciones.



  • Evitar actos sexuales arriesgados: los actos sexuales que desgarran o rompen la piel conllevan un mayor riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual. Incluso las cortaduras pequeñas que no sangran permiten la entrada y salida de gérmenes. El sexo anal conlleva un riesgo mayor ya que los tejidos del recto se desgarran con facilidad. Los líquidos corporales también pueden transmitir enfermedades de transmisión sexual. El contacto sexual sin protección con una persona infectada conlleva un gran riesgo de contraer una enfermedad de transmisión sexual.



  • Vacunarse: se puede prevenir la hepatitis B y el VPH por medio de vacunas.

FUENTE: http://www.farmaceuticonline.com/

http://www.cuidarteesquererte.com/

lunes, 2 de febrero de 2009

Hepatitis ( B y C)

¿QUÉ ES?
La hepatitis es una infección grave del hígado producida por un virus. Hay dos tipos de hepatitis (B y C), que se transmiten sexualmente. éstos pueden transmitirse por medio del contacto directo con líquidos corporales (sangre, semen, líquidos vaginales y saliva) de una persona infectada. Es posible prevenir la infección con hepatitis B mediante una vacuna, pero no la de hepatitis C.
Muchas personas infectadas con hepatitis B o hepatitis C se recuperan totalmente. Sin embargo, algunas personas con el tiempo padecen infecciones crónicas del hígado, lo que puede resultar en problemas de la salud a largo plazo.


HEPATITIS B:

La hepatitis B es causada por un virus llamado VHB o HBV,probablemente 100 veces más infeccioso que el VIH.

¿Cómo se contagia el virus?
La hepatitis B se propaga por medio del contacto con la sangre, el semen, u otro líquido corporal de una persona infectada. Es mucho más infecciosa que el virus VIH.
Puedes contraer hepatitis B por medio de:

  • tener relaciones sexuales con una persona infectada sin usar preservativo



  • compartir agujas para inyectarse drogas



  • hacerse un tatuaje o una perforación en alguna parte del cuerpo con instrumentos sucios que se usaron con otras personas



  • pincharse con una aguja contaminada con sangre infectada (el personal sanitario puede contraer la hepatitis B de esta forma)



  • compartir el cepillo de dientes o la máquina de afeitar con una persona infectada
    viajar a países donde la hepatitis B es común (es posible que viajar a zonas endémicas sea un factor de riesgo importante, pero este simple hecho de forma aislada no determina que la persona se contagie, si tiene los cuidados adecuados)



  • También, una mujer infectada puede transmitirle la hepatitis B a su bebé en el momento en que éste nace o por medio de la leche materna.

SÍNTOMAS
La hepatitis B puede hacer que la persona infectada se sienta como si tuviera influenza. La persona infectada por hepatitis B podría sentirse cansado, tener náuseas, napetencia, fiebre, pérdida del apetito, dolor de estómago, diarrea. Algunas personas presentan oscurecimiento de la orina, excremento de color claro o color amarillento de los ojos y la piel.
Muchas personas no presentan ningún síntoma.

¿Cómo se puede detectar una infección con hepatitis B?
Es muy fácil detectar la presencia de este virus o determinar si una persona ha desarrollado anticuerpos contra el virus utilizando un análisis de sangre.

¿Es peligrosa la hepatitis B?
La Hepatitis Viral Aguda ocurre en 90% de los casos y luego se cura por completo, pero en 10% de los casos produce una hepatitis crónica que ataca el hígado durante en los años próximos a la infección.


PROTECCIÓN ANTE ESTA ENFERMEDAD
Sobre todo, se debe utilizar un condón. El mensaje está claro, y es el mismo como cualquier otra enfermedad de transmisión sexual. También existe una vacuna.

HEPATITIS C:
La hepatitis C es una enfermedad producida por un virus. Sin embargo su transmisión y la posibilidad de producir enfermedad una vez en el cuerpo, es muy distinto al virus de hepatitis B. La hepatitis C se propaga por medio del contacto de sangre sin infectar con sangre de una persona infectada (transmisión por vía parenteral).

Se puede contraer hepatitis C al:

  • recibir prácticas medicas con mala esterilización (odontólogo, podólogo, etc.)



  • pincharse con una aguja contaminada con sangre infectada (trabajadores de la salud pueden contraer la hepatitis C de esta forma)



  • compartir agujas para inyectarse drogas



  • ser nacido de una madre que tiene la hepatitis C



  • mediante relaciones sexuales

Raramente el contagio puede ser por vía sexual; se calcula que este tipo de contagio representa un 2,7 % de los casos; y se da especialmente cuando en la relación sexual existe sangrado. Es importante recordar que este virus se ha transmitido durante fiestas de fisting cuando existe alto riesgo de transmisión de la sangre de una persona a otra. También se han visto casos tras compartir dildos, sin lavarlos bien. Pero es correcto decir que la vía de transmisión de la hepatitis C es básicamente parenteral, esto es sangre / sangre directo. El mantener prácticas sexuales de riesgo hace que se esté expuesto al contagio.
Raramente, una persona puede contraer hepatitis C por medio de hacerse un tatuaje o una perforación en alguna parte del cuerpo con instrumentos desesterilizados o sucios.

SÍNTOMAS La mayoría de las personas no presentan ningún síntoma. Sin embargo, algunas pueden sentirse como si tuvieran “estado gripal”. Algunos síntomas son: cansancio, náuseas, picor o picazón en todo el cuerpo, fiebre, pérdida del apetito, sensación de dolor de en la zona hepática, diarrea
Es aconsejable acudir al médico en caso de tener algunos de estos síntomas o de sospechar padecer Hepatitis C.

FUENTE: http://acog.org

http://fisterra.com

domingo, 1 de febrero de 2009

Linfogranuloma Venéreo (LGV)

¿QUÉ ES?
El linfogranuloma venéreo (LGV) es ocasionado por tres subtipos diferentes de la bacteria Chlamydia trachomatis que se diseminan a través del contacto sexual (Esta infección es causada por una bacteria diferente de la clamidia genital más común).
Los síntomas de LGV pueden comenzar desde unos cuantos días hasta un mes después de resultar infectado. El linfogranuloma venéreo es más común en Centroamérica y Suramérica que en América del Norte y se presentan unos cuantos miles de casos en los Estados Unidos cada año. El principal factor de riesgo lo constituye el hecho de tener varios compañeros sexuales.
La enfermedad comienza como una úlcera indolora en los órganos genitales masculinos o en el tracto genital femenino. A medida que bacteria se disemina, los ganglios linfáticos en el área se inflaman y se tornan sensibles. La piel alrededor del área a menudo es roja. Los ganglios linfáticos inflamados ( bubones) se rompen y drenan a través de la piel.
En personas que practican relaciones sexuales anales, la enfermedad puede afectar los ganglios linfáticos alrededor del recto (perirrectal). La infección con frecuencia está asociada con deposiciones con sangre, defecación dolorosa (tenesmo), diarrea y dolor abdominal bajo. Las mujeres pueden desarrollar fístulas (conexiones) entre la vagina y el recto.

SÍNTOMAS:

Los síntomas son similares para ambos sexos:

  • Ulcera pequeña e indolora en los órganos genitales



  • Hinchazón y enrojecimiento de la piel en el área de la ingle.



  • Ganglios linfáticos inguinales inflamados en uno o ambos lados.



  • Drenaje de los ganglios linfáticos inguinales.



  • Flujo de pus o sangre por el recto (sangre en las heces) .



  • Dolor con las deposiciones (tenesmo).

TRATAMIENTO
En cuanto al tratamiento, por supuesto el más importante de todos es el que ayuda a prevenir, y, en este caso, basta con la utilización de preservativos cuando se tienen relaciones sexuales.

La abstinencia, desde luego, es el método más efectivo.

Si ya ha habido contagio, será necesaria la administración de antibióticos, entre los cuales suele recurrirse a la tetraciclina, la doxiciclina y la eritromicina. En general la curación no presenta mayores complicaciones, aunque si existe riesgo de que se produzca un estrechamiento del recto o fístulas en la zona. Podría derivar en meningoencefalitis, pero esto es muy poco habitual.
A pesar de que hablamos de que es propio de ciertas zonas, no por ello debemos pensar que estamos fuera del área de riesgo. En los últimos tiempos se han registrado casos en países que no se hallan en dichas zonas, pero a los que ha llegado esta enfermedad a causa del crecimiento de los movimientos turísticos y migratorios entre países y del desarrollo del conocido como “turismo sexual“.


sábado, 31 de enero de 2009

Infección Genital por VPH (Virus del Papiloma Humano)

¿Qué es?
La infección genital por VPH es una enfermedad de transmisión sexual (ETS), causada por el virus del papiloma humano (VPH). El virus del papiloma humano es el nombre que se le da a un grupo de virus que incluye más de 100 tipos o cepas diferentes. Más de 30 de estos virus son transmitidos sexualmente y pueden infectar el área genital de hombres y mujeres, que incluyen la piel del pene, la vulva (área fuera de la vagina) o el ano y los revestimientos de la vagina, el cuello uterino o el recto. La mayoría de las personas que quedan infectadas por VPH no presentarán síntomas y la infección desaparecerá por sí sola.
Algunos tipos de estos virus son llamados de "alto riesgo" y pueden revelar resultados anormales en las pruebas de Papanicolaou. Estos virus también pueden provocar cáncer de cuello uterino, de vulva, de vagina, de ano o de pene. Otros tipos de virus son llamados de "bajo riesgo" y pueden arrojar resultados con anormalidades leves en las pruebas de Papanicolaou o causar verrugas genitales. Las verrugas genitales son abultamientos o crecimientos únicos o múltiples que aparecen en el área genital y en ciertas ocasiones tienen forma de coliflor.

SIGNOS Y SÍNTOMAS
La mayoría de personas que tienen infección genital por VPH no saben que están infectadas. El virus vive en la piel o en las membranas mucosas y generalmente no causa síntomas.
A ciertas personas les saldrán verrugas genitales visibles o presentarán cambios precancerosos en el cuello uterino, vulva, ano o pene. En muy contadas ocasiones, la infección por VPH puede causar cáncer anal o genital.
Las verrugas genitales aparecen, por lo general, como elevaciones o masas suaves y húmedas, rosadas o de color de la piel, usualmente en el área genital. Las verrugas pueden ser planas o elevadas, únicas o múltiples, pequeñas o grandes y, en ciertos casos, tener forma de coliflor.





Pueden aparecer en la vulva, la vagina o en el ano o alrededor de los mismos, en el cuello uterino y en el pene, en el escroto, en la ingle o los muslos. Las verrugas pueden aparecer semanas o meses después del contacto sexual con una persona infectada o puede que no aparezcan.
Las verrugas genitales se diagnostican por examen visual. Las verrugas genitales visibles pueden ser eliminadas con medicamentes que se aplica el propio paciente o con un tratamiento realizado por un proveedor de atención médica. Algunas personas deciden no hacerse tratamiento para ver si las verrugas desaparecen por sí solas. No hay un tratamiento para las verrugas genitales que sea mejor que el otro y no hay un tratamiento ideal para todos los casos.

TRATAMIENTO
El tratamiento para el VPH genital puede aplicarse a las lesiones, como las verrugas genitales o los precursores del cáncer de cuello uterino (mediante tratamientos como la crioterapia, electrocauterización o escisión quirúrgica). Algunos indicios parecen indicar que el tratamiento de las verrugas genitales reduce la cantidad de ADN del VPH que puede encontrarse en el tejido. Sin embargo, se desconoce si el tratamiento reduce la infectividad de las parejas.
Se desconoce cuál es la proporción de personas infectadas por el VPH que pasan a ser negativas por el ADN del VPH de manera espontánea, que verdaderamente eliminan el VPH y en qué proporción de dichas personas el VPH simplemente se torna latente o no se puede detectar.
Disminuir la eficiencia de la transmisión La forma más común para reducir la eficiencia de la transmisión de una ITS es utilizar barreras físicas, como los preservativos.
El uso de preservativos puede reducir el riesgo de enfermedades asociadas con el VPH (por ejemplo, verrugas genitales y cáncer de cuello uterino) y mitigar las consecuencias adversas de una infección por el VPH. Un estudio prospectivo reciente entre mujeres universitarias que recién iniciaban su actividad sexual demostró que el uso consistente del condón se asoció a una reducción del 70% en el riesgo de transmisión del VPH.
Sin embargo, la infección por el VPH puede ocurrir en áreas que no están cubiertas o protegidas por un preservativo (por ejemplo, el escroto, la vulva o el área perianal). La manera más segura de prevenir una infección por el VPH es abstenerse de cualquier contacto genital, incluido el contacto íntimo sin penetración del área genital.

viernes, 30 de enero de 2009

Enfermedad Inflamatoria Pélvica (EIP)

¿QUÉ ES?

La Enfermedad Inflamatoria Pélvica (EIP) es un término general utilizado para referirse a la infección del tracto genital superior, que incluye a una o varias de las siguientes condiciones: salpingitis, piosalpinx ooforitis, pelviperitonitis y abceso tuboovárico (ATO).

Generalmente es consecuencia de una infección ascendente desde el cervix: .

  • A partir de una infección de transmisión sexual (ITS): cervicitis.
  • Infecciones polimicrobianas en relación con vaginosis (con ruptura de barrera cervical) o interacciones oportunistas de flora comensal perineal/vaginal sobre una ITS primaria.

Pese a que a nivel mundial EIP es una causa importante de morbilidad y de infertilidad, no existen datos fiables en cuanto a su incidencia y prevalencia. Esta falta de datos se debe a que no es una enfermedad de declaración obligatoria, no existen unos criterios diagnósticos bien definidos y en muchos casos la presentación inicial de la enfermedad es vaga y con síntomas leves o subagudos.
En cualquier caso, en grupos de población determinados, la prevalencia de EIP estará en relación con la prevalencia de ITS por C. trachomatis y N. Gonorrhoeae. Estos son los factores de riesgo principales:

  • Edad inferior a 25 años
  • Múltiples compañeros sexuales
  • ETS
  • No utilización de métodos de barrera
  • Historia previa de EIP
  • Historia de vaginosis- cervicitis
  • Dispositivos intrauterinos, solo tiene relación con la EIP en los 3 meses posteriores a la inserción por la manipulación.
  • Abortos
  • Instrumentación uterina, cirugía cervical
  • Término de embarazo

SÍNTOMAS
La EIP puede cursar con los siguientes síntomas:
  • Dolor abdominal bajo (incluyendo dolor anexial, dispareunia). Es el síntoma más frecuente (95%) .
  • Aumento del flujo vaginal, flujo de características anormales (74%)
  • Sangrado anormal (intermestrual, poscoital) (45%)
  • Síntomas urinarios (35%)
  • Vómitos (14%)
  • Es posible la ausencia de síntomas
  • Peritonitis


TRATAMIENTOS

Tratamiento antimicrobiano empírico
Ante la sospecha de EIP se debe instaurar tratamiento antimicrobiano empírico. Debe realizarse precozmente para prevenir las secuelas que pueden producirse incluso en casos de infección leve.
En general se usan pautas con asociación de antimicrobianos para dar cobertura a gonococo (Levofloxacino, Ceftriaxona), Chlamydia (Levofloxacino, Doxiciclina) y anaerobios (Clindamicina, Metronidazol, Cefoxitina, Levofloxacino)
Elección: Ceftriaxona 250 mg im en dosis única + doxiciclina 100 mg/12 h vo, 14 días y añadiendo opcionalmente Metronidazol 500 mg/12 h. Vo
Alternativo: Levofloxacino 500 mg/24h vo + Metronidazol 500 mg/12h vo, 14 días
Se aconseja preferencia a los regímenes que incluyen anaerobicida específico (Metronidazol, Clindamicina), sin embargo se han obtenido resultados igualmente satisfactorios con el uso de antibióticos betalactámicos con actividad anaerobicida (pese a que Cefoxitina tiene un 36% de resistencia frente a anaerobios como B. Fragilis, y Ceftriaxona es ineficaz como anaerobicida).
Si hay presencia de ATO es obligada la inclusión de Clindamicina o Metronidazol parenteral durante 15 días.

Otras medidas terapéuticas
Medidas generales: hidratación, manejo habitual de la fiebre y el dolor (antitérmicos y analgésicos)
Retirada de DIU una vez iniciado el tratamiento antibiótico.
Tratamiento del ATO
Si es menor de 8 cm. puede ensayarse una pauta parenteral que incluya Clindamicina o Metronidazol. Vigilancia y ecografías periódicas.
Si es mayor de 8 cm. o no hay mejoría en 72 horas de tratamiento parenteral, o ha aumentado de tamaño, deberá drenarse mediante laparoscopia, cirugía o culdocentesis si está en el fondo de saco de Douglas. El drenaje percutáneo o transvaginal guiado por ECO/TAC es difícil por estar situado el ATO entre las asas intestinales y frecuentemente multiloculado.
La rotura del ATO exige la cirugía urgente y anexectomía del lado afecto.

FUENTE: http://www.womenshealth.org
http://www.fisterra.com

jueves, 29 de enero de 2009

Infecciones Vaginales (Relación con Tricomoniasis)

La higiene íntima femenina frecuentemente es vulnerada por tres enemigos microscópicos: las bacterias, los hongos y el llamado trichomona vaginalis. En algunas ocasiones estos agentes encuentran condiciones físicas y ambientales idóneas para multiplicarse en el organismo, lo que suele provocar una infección vaginal mejor conocida como vaginitis. Este problema es muy común y se presenta como uno de los motivos más recurrentes de visita al ginecólogo.




Primer enemigo: Bacterias
La vaginosis bacteriana, también llamada vaginitis inespecífica, constituye la infección cervico-vaginal más frecuente en mujeres en edad reproductiva y representa de 20 a 30% de este tipo de malestares. Se asocia con un desequilibrio entre la proporción de bacterias que habitualmente coexisten en la vagina; es decir, cuando se presenta disminución de las buenas y un aumento de las dañinas.
Si bien aún son confusas las causas de la vaginosis bacteriana, se sab que no se da por contacto con inodoros, lencería, piscinas o por tocar objetos. En cambio, sí está asociada con actividades o conductas que alteran el equilibrio entre las bacterias buenas y dañinas. Por ejemplo, una nueva pareja o múltiples compañeros sexuales; o bien, duchas vaginales frecuentes con benzal o isodine. Si bien el papel del sexo no es determinante, las mujeres sin actividad rara vez presentan este padecimiento.


Segundo enemigo: Hongos
Por su parte el hongo Candida albicans provoca, en la mayoría de casos, la llamada candidiasis vulvovaginal, infección común en la etapa reproductiva. Se calcula que al menos 75% de todas las mujeres presentará, en algún momento de su vida, un episodio de candidiasis y, de 40 a 55% de éstas un segundo episodio.
Dentro de la candidiasis vulvovaginal, se han identificado tres grupos de mujeres: El primero se enfoca en las que nunca desarrollarán síntomas aunque estén colonizadas durante meses o años por este hongo. El segundo corresponde a las que presentarán episodios aislados, y el último grupo a la de aquellas que presentan tres o cuatro episodios recurrentes al año.
Tercer enemigo: Trichomona vaginalis
Este organismo unicelular causa la llamada tricomoniasis vaginal, catalogada como una de las infecciones de transmisión sexual más comunes.
La tricomoniasis afecta tanto a hombres como mujeres. No obstante, los síntomas son más comunes entre ellas. Generalmente los varones no presentan sintomatología, pero un hombre portador puede continuar infectando o reinfectando a una mujer hasta que reciba tratamiento. Por eso es importante que ambos integrantes de la pareja se atiendan al mismo tiempo.


Esta variedad de agentes patógenos genera la necesidad de abordar desde un inicio y en forma integral las infecciones vaginales. Frente a ello destaca el uso de Gynotran, fármaco que combina dos sustancias eficaces en el tratamiento de la vaginitis: el metronidazol, un potente bactericida y triconomicida, junto con el nitrato de miconazol, un agente químico de amplio espectro contra hongos patógenos (fungicida).