¿QUÉ ES EL SIDA?
El término SIDA es una abreviatura que significa SÍNDROME DE INMUNODEFICIENCIA ADQUIRIDA.
El SIDA es una enfermedad grave que representa la etapa avanzada de la infección por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH).
Se reconoce el SIDA cuando un paciente tiene pruebas de laboratorio que confirman la infección y además presenta manifestaciones de una inmunidad deficiente, generalmente otras enfermedades infecciosas o neoplasias (tener la infección por el VIH no significa tener SIDA).
¿QUÉ ES EL VIH?
El Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) es un microorganismo, un virus como su nombre lo señala, que tiene la capacidad de evadir la respuesta inmunológica humana y continuar multiplicándose por muchos años.
En este proceso, el VIH ataca un tipo particular de células sanguíneas: los linfocitos CD4+.
Los linfocitos CD4 tienen un rol clave en la función del sistema inmunológico (defensas del cuerpo contra infecciones). Estas células van siendo destruidas gradualmente a lo largo de los años y cuando su número baja de un nivel crítico, la respuesta inmune se deteriora.
A partir de este momento se presentan infecciones, neoplasias y una serie de manifestaciones más.
El VIH no solo afecta este tipo de células, sino que puede ingresar a muchos otros lugares del cuerpo como los ganglios linfáticos, el cerebro y también ser eliminado en secreciones corporales como el semen.
Se reconocen cuatro fases en la progresión de la infección por VIH:
Estadío I (Fase Aguda)
Va desde el ingreso del virus al organismo hasta cuando el sujeto infectado comienza a producir anticuerpos contra el virus (usualmente 6 a 10 semanas). Al final de esto, el individuo ha seroconvertido y pruebas como ELISA o Western Blot se vuelven positivas. Esta fase puede ser asintomática o presentarse con cuadros tipo faringitis o gripe con fiebre, inflamación de ganglios y rash cutáneo, además de otras manifestaciones menos frecuentes. Estas molestias se resuelven después de algunas semanas.
Estadío II (Fase Asintomática)
Es un periodo en el que el individuo luce sano, no tiene manifestaciones clínicas (síntomas). Puede durar varios años.
El proceso infeccioso continúa: hay replicación activa del virus y también hay una gradual disminución de los linfocitos CD4.
Estadío III (Fase linfadenopatica o sintomática leve)
En este tercer período, el individuo infectado empieza a tener manifestaciones relacionadas a un deterioro de la inmunidad. Característicamente se describe el crecimiento de ganglios linfáticos en diferentes regiones del cuerpo. También se observa mayor frecuencia de episodios de herpes zoster, candidiasis oral o vaginal, episodios de fiebre o diarrea (síntomas constitucionales). En base a estudios extranjeros, se conoce que el curso natural de la infección hasta este punto puede tomar entre 8 y 10 años en promedio.
Estadío IV ((SIDA)
En este momento ya hay una caída significativa de los linfocitos CD4+ (<200/mm3) y el virus se reproduce muy activamente. El sujeto comienza a presentar una serie de problemas relacionados a la infección por el VIH mismo y a la presencia de otras múltiples infecciones que atacan en vista del deterioro de la inmunidad.
Estas múltiples manifestaciones se suelen agrupar en:
Infecciones que pueden afectar a cualquier persona VIH-negativa, como tuberculosis o neumonías bacterianas, son mucho más frecuentes y serias.
Infecciones "oportunistas" (así llamadas porque se desarrollan solo en presencia de deterioro de la inmunidad) son especialmente características del SIDA. Ejemplos importantes son la neumonía por Pneumocystis carinii, toxoplasmosis, citomegalovirus (afecta retina, esófago, colon y múltiples órganos), candidiasis del esófago, diarreas por parásitos como Isospora o Cryptosporidium.
Neoplasias: sarcoma de Kaposi y linfomas.
Enfermedad "constitucional" o síndrome de consumo: que afecta a todo el organismo con fiebre, diarrea, pérdida de peso, deterioro del estado general. No tiene causa en ninguna infección o cáncer asociado al SIDA, sino en la misma infección por el VIH.
Problemas neurológicos y demencia ocasionados por el daño del VIH al sistema nervioso central. Hay pérdida de memoria y atención, capacidad de juicio y razonamiento. Se presentan cuadros con compromiso motor y de la función de la vejiga. Estos problemas pueden ser causados también por otros tipos de infecciones o ser debidos a problemas psiquiátricos.
¿CÓMO SE TRANSMITE EL VIH?
El VIH tiene algunos mecanismos de transmisión que están bien definidos:
a. Sexo.
La actividad sexual es la forma más común de transmisión del VIH. El contagio se da por sexo sin protección entre hombre o entre hombres y mujeres. Existen algunas prácticas sexuales que tienen mayor riesgo de contagio, como el sexo anal o actividad sexual con presencia de lesiones o infecciones genitales (como herpes genital, sífilis o gonorrea), o sexo con pacientes con infección avanzada por el VIH. Sin embargo, es importante tener presente que cada tipo de actividad sexual implica algún riesgo de contagio si una de las parejas ya tiene la infección por VIH.
b. Madre-Niño.
También se llama transmisión vertical. Una mujer portadora del VIH que sale embarazada puede transmitir la infección a su hijo durante la gestación, el parto o a través de la lactancia.
c. Transfusión sanguínea.
Una de las formas de transmisión es la transfusión de sangre o productos derivados de la sangre obtenidos a partir de donantes portadores. Actualmente el riesgo es muy bajo en lugares en los que se examina la sangre antes de realizar la transfusión sanguínea.
d. Accidente con agujas contaminadas.
Se da con el uso de drogas intra-venosas que son compartidas entre usuarios de drogas intra-venosas. Puede ocurrí además como accidente ocupacional cuando un trabajador de salud se pincha con agujas contaminadas con sangre de un individuo infectado por el VIH.
Muchas veces la gente no está bien informada y tiene temores infundados sobre la transmisión del VIH. Así que es importante conocer que el VIH NO SE TRANSMITE por:
convivir en una misma casa, utilizar los mismos servicio higiénicos, besos, caricias, abrazos o cualquier tipo de contacto corporal que no sea relaciones sexuales.
¿CÓMO SE DIAGNOSTICA LA INFECCIÓN POR EL VIH?
El diagnóstico de la infección por VIH se hace usualmente con pruebas que miden anticuerpos producidos por el organismo de una persona infectada contra el VIH. Estas moléculas son específicas, por lo que estas pruebas tienen un margen de error muy bajo. Las técnicas más comúnmente utilizadas son:
a.- Prueba de ELISA
Es el examen que se emplea como triaje inicial en la gran mayoría de lugares. La técnica ha evolucionado desde que fue descubierta en 1983 y ahora se utilizan reactivos de tercera generación, con un margen de error muy bajo, menor al 1%.
b.- Prueba de Western blot
En este caso se mide también anticuerpos, pero los reactivos permiten diferenciar anticuerpos específicos contra ciertas estructuras del virus. Es una prueba más exacta que el ELISA y se utiliza para la confirmación del diagnóstico. Se utiliza una técnica llamada inmunofluorescencia indirecta (IFI) y también para confirmación.
c.- Pruebas de diagnóstico rápido
Puede disponerse en algunas circunstancias de pruebas que pueden procesarse en el laboratorio en solo media a una hora para casos de emergencia o exposición ocupacional.
TRATAMIENTO
El tratamiento de la infección por el VIH comprende diferentes aspectos entre los cuales destaca la dieta, los tratamientos de las distintas patologías infecciosas y tumorales presentes en la misma y el tratamiento antirretroviral.
En la actualidad disponemos en España (tabla 6) de numerosos fármacos antirretrovirales (FAR) que pertenecen a las siguientes familias:
1. Inhibidores de la transcriptasa inversa (TI), dentro de ellos se distinguen tres grupos:
a. Análogos de los nucleósidos (ITIAN).
b. Análogos de los nucleótidos (ITIANt).
c. No análogos de los nucleósidos (ITINAN).
2. Inhibidores de la proteasa (IP).
3. Inhibidores de la fusión (IF).
4. Inhibidores de la integrasa (IInt).
FUENTE: http://www.vihsida.org
http://www.msc.es
http://www.fisterra.com